Orden

                                                                Anacronía 

 
Es cuando los acontecimientos de un texto cuentan la historia no de secuencia lógica temporal, es decir, pueden contarse en un presente-pasado-futuro, por lo tanto, los hechos ocurridos no siempre corren igual que como se cuentan.

En el texto de Genette, se habla de que la anacronía puede proyectarse hacia un pasado y un futuro, éstos no  tienen que ser lejanos, puede  ser un pasado más o menos cercano, a esto  le da el nombre de alcance, que es una distancia temporal. También comenta, que la anacronía puede encargarse de la duración de la historia, y le llama amplitud. Para ejemplificar estos dos conceptos, ocupa el canto XIX de La Odisea, en la que narra cuando Odiseo fue herido cuando era adolescente en otro tiempo, y que aún conserva la cicatriz Euriclea se prepara para lavarle los pies, el primer hecho es una analepsis  que tiene un alcance de varias decenas de años, y una amplitud de unos días.

Analepsis

Se denomina analepsis a la anacronía que se encarga de explicar toda evolución posterior de un suceso anterior al punto de la historia en el que se encuentra. Esto consiste en que después de iniciado el punto de partida del relato, que se ubica en cierto momento,  se retoma un episodio o anécdota del pasado, como una función aclaratoria.

Existen analepsis externas, internas (heterodiegéticas y homodiegéticas) mixtas, parciales y completas; sus definiciones son las siguientes:

Analepsis externa: Se presenta cuando evidentemente se retoma un episodio anterior al que ocurre en el presente (punto de partida), y se profundiza en él. Se dice que es externa porque su amplitud se exterioriza de un relato primero.

Analepsis interna heterodiegética: Son los fragmentos que se apoyan en una línea de la historia y por tanto en un contenido diegético diferente del relato primero.

Analepsis interna homodiegetica: Se llaman también analepsis repetitivas o rappels. Estas no evitan redundancia pues el relato vuelve abiertamente sobre sus huellas. Generalmente son alusiones a su propio pasado o retrospecciones.

Analepsis mixta: Esta es determinada por una característica de amplitud. Son analepsis externas que se prolongan hasta alcanzar y sobrepasar el punto de partida del relato primero.

Analepsis parciales: De un punto se retoma otro, “retornando hacia atrás”, en seguida se da un salto hacia adelante, es decir que se trata de una elipsis que no relata gran parte de lo ocurrido en la vida del personaje. Esta sirve únicamente para entregar información aislada al lector.

Analepsis completa: Se presentan cuando se cubren todas las lagunas dejadas entre un relato hasta retomar el primero. Estas tienen como finalidad recuperar la totalidad del antecedente narrativo.      

 

                                                               Prolepsis

Para comenzar, se aclara el concepto de prolepsis, y se entiende como toda maniobra narrativa consistente en contar o evocar de antemano un suceso ulterior, y en base a eso, Genette hace una serie de clasificaciones de esta figura, describiéndolas del siguiente modo.

Prolepsis temporal/anticipación: Menos frecuente que analepsis,  y así mismo, es poco frecuente encontrarlas en textos de narrador en tercera persona, no obstante, se presta más en un narrador en primera persona, pues el lenguaje que se usa es distinto. Así, a modo de un discurso oral, el narrador emplea anticipaciones en el relato, advirtiendo un suceso relacionado con el orden cronológico de la diégesis.

Prolepsis externas: Realiza la función de servir de epílogo. Generalmente se trata del destino final de un personaje no central  o de sucesos ocurridos después de la muerte del protagonista.

Prolepsis internas: Interferencia del doble empleo entre el relato primero y el asume el relato proléptico.

Prolepsis completivas: Compensan futuras elpisis o paralipsis.

Prolepsis repetitivas: Cumplen la función de anuncio, sin confundir con “esbozos” (“simples adarjas sin anticipación que encontrarán su significado más tarde).

Para finalizar, se aclara que todas estas alteraciones al orden del relato suponen una conciencia temporal clara y relaciones no ambiguas entre el presente, el pasado y el futuro, lo cual da lugar a la acronía, la cual se ve como una autonomía temporal del relato.